Dado que las navieras podrían verse afectadas por regulaciones de los gobiernos y por el nearshoring, todo hace pensar que las tarifas no recuperarán los niveles pre-Covid19.
Durante el último año las tarifas de los buques portaconetenedores se incrementaron en un impactante 900%, según el índice XSI (Xeneta Shipping Index) de mercado spot. Los contratos experimentaron un inédito incremento intermensual de 28% en julio de 2021, al que siguieron aumentos de 2,2% en agosto y 3,2% en septiembre. Esta situación se explica por la crisis generada a raíz de la pandemia: primero fue la interrupción de la cadena de suministro mundial, y luego la falta de capacidad en los buques, la enorme demanda y la situación de puertos congestionados.
En este escenario los dueños de las cargas buscan asegurarse las entregas y garantizarse capacidad para fechas comerciales claves –como la Navidad-, lo cual tira los precios hacia arriba.
Mientras varias navieras anunciaron que cancelarán escalas en determinadas regiones o puertos, Maersk por ejemplo comunicó que retirará o recortará servicios en diferentes puertos de menor escala.
En este contexto los analistas de Xeneta destacan que para hacer que la cadena de suministro vuelva a ser viable los dueños de la carga deberán cuantificar los factores que impactan sobre el mercado de contenedores, tanto a corto como mediano y largo plazo.
Visión a corto plazo
En su análisis del mercado 2021 la consultora Xeneta indica que no hay motivos que hagan pensar que las tarifas caerán a niveles pre-pandémicos, que los cronogramas se volverán más predecibles o que desaparecerán los recargos.
Para Xeneta los problemas se explican por varios factores: por un lado se observan récords de exportaciones desde Asia hacia EE.UU., lo que acentúa el imán que genera esa ruta para las navieras. Y por el otro está la indiferencia de las compañías marítimas por los contratos que firmaron, la congestión en los puertos derivada de la crisis del coronavirus, la falta de conductores de camiones a escala global, etc.
Como además las grandes compañías marítimas vienen comprando instalaciones portuarias y terminales, se encuentran en una posición dominante como para manejar los servicios y las tarifas a su antojo.
Ante esta situación una serie de compañías marítimas de escala más pequeña optaron por mover contenedores desde China hacia la Unión Europea y de allí hacia la costa occidental de Estados Unidos. Pero este enfoque oportunista no les sirvió de mucho, ya que se encontraron con los mismos inconvenientes de congestión que afectan a las compañías grandes. Esto hizo que esas cargas también tarden en movilizarse tierra adentro.
El desastre en la cadena de suministro global llevó a más y más analistas a plantear la necesidad de acortar la cadena de suministro –por ejemplo encontrando proveedores en Europa del Este o en México-, cosa que de ocurrir, demandará un largo proceso. Con lo cual tampoco se espera que esto resuelva la crisis a corto plazo.
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