La falta de previsibilidad y criterio en el sistema diseñado para aprobar las importaciones genera un escenario de alta incertidumbre para los operadores.
Caracterizado por la falta de agilidad, la incertidumbre en los tiempos y la ausencia de criterios claros, el Sistema de Importación de la República Argentina traba la rueda de la logística, y complica la rotación. Los operadores (tanto los transportistas y operadores logísticos como los importadores y exportadores) deben acostumbrarse a esperar la llegada de mercaderías cuya autorización se demora, impidiendo el normal el flujo de la cadena logística y operativa.
Muchas veces los productos están listos para su remisión en origen y hay que esperar que los importadores nacionales obtengan la consabida aprobación y puedan dar el visto bueno para que finalmente se embarquen. Esto último a veces tarda varios meses, y existe el riesgo cierto de que el proveedor se canse y decida orientar esas mercaderías hacia otro cliente, con las pérdidas de tiempo y las complicaciones de todo tipo que eso supone (ya que en ocasiones los productos importados son necesarios para completar procesos de producción en planta).
Ya de por sí las operaciones de importación ordinarias presentan una serie de complejidades que le son propias. Pero frente a la situación actual, la actividad entra en una especie de laberinto.
Sin pautas claras
Dado que el SIRA no establece tiempos estándar en función del monto de la operación, ni del tipo de mercadería, los operadores deben convivir con la incertidumbre.
Las complicaciones afectan a los distintos jugadores del comercio exterior. De lado de los exportadores, los que no califican por su actividad para operar con el dólar soja, tienen que liquidar sus operaciones a un tipo de cambio que es incluso más bajo que el oficial, lo cual por supuesto resulta poco estimulante.
Y por el lado de las importaciones, la demora en las aprobaciones hace que los arribos de los buques que llegan a puertos argentinos sean cada vez más aislados. Y luego conseguir un camión compartido para llevar la carga puede demandar unos 20 días, cosa que antes se resolvía en siete. Esto demuestra hasta qué punto se traba la rotación en un sector que necesita de ella para establecer círculos virtuosos.
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