
A la suba de los fletes internacionales se suman la bajante del Paraná, los paros y otros inconvenientes locales que complican los envíos.
Dado que los puertos de la Argentina quedan lejos de los circuitos de las grandes líneas marítimas y resultan caros, y nuestro mercado no es el más atractivo, el precio de los fletes de carga de exportación se incrementó de manera preocupante durante los últimos tiempos. En un contexto en el que de por sí los fletes internacionales pegaron un salto importante, en nuestros país se suman factores como los conflictos sindicales y la bajante récord del río Paraná, que configuran un cuadro complejo para las exportaciones nacionales y el ingreso de divisas.
Particularmente en julio de este año el precio de los fletes para envíos al exterior de productos a granel –que configuran el núcleo duro de las ventas externas del país- fue el más elevado de los últimos 11 años –con aumentos de entre 50 y 100%-.
Problemas internos
A la suba de los precios internacionales se agrega entonces la condición alejada de nuestros puertos y la situación del río Paraná, cuya bajante inédita exige trasbordos o que se sume carga en los puertos del sur de la provincia de Buenos Aires, lo que naturalmente agrega costos extra.
Los paros recurrentes en las terminales ponen otro palo en la rueda, desalentando el ingreso de buques, al punto que últimamente muchas líneas marítimas optan por llegar solo hasta los puertos meridionales de Brasil.
Como los contenedores deben permanecer durante lapsos más largos en los puertos, y hay dificultades para programar el ingreso de camiones, el panorama financiero se enrarece aún más.
Industrias afectadas
Una de las industrias más afectadas es la del maní, que cada año realiza ventas externas por U$S 1.000 millones y que vive un clima de incertidumbre para sus envíos, que se postergan, reprograman y encarecen.
Por su parte la industria de la carne también está acusando el impacto. Y los productos a granel –soja, trigo y maíz- padecen los fletes más caros, particularmente para las rutas de Asia y África.
Las estimaciones indican que el alza de los fletes recién se regularizará entre el segundo trimestre y la mitad de 2022. Los analistas sugieren que las compañías marítimas se están “vengando” por los descuentos en los precios que debieron aceptar en los inicios de la pandemia, cuando el comercio internacional se desplomó y no conseguían cargas. Pero esa explicación es solo parcial: el encarecimiento también se explica por un proceso de auge de construcción de infraestructuras en diferentes regiones del planeta, que hizo que el mineral de hierro tuviera mucha mayor demanda. A esto se suma el factor China y sus mayores compras de commodities agrícolas -que en el primer semestre de este año crecieron 40% con relación a igual período de 2020-.
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