La AFIP refuerza las exigencias para aprobar las importaciones y ahora los operadores deberán acreditar el origen de los fondos, como si se tratara de un pago al contado.
La falta de divisas llevó a las autoridades a reforzar el cepo a las importaciones. Para el caso de las operaciones que hayan logrado superar las trabas formales ya establecidas, de ahora en más la AFIP solicitará al importador que acredite de dónde provienen los fondos con los que presuntamente abonarán las operaciones.
El nuevo requisito no contempla una realidad del mercado, y es que los importadores no necesariamente deben contar con el dinero para hacer frente a la operación cuando ésta se concreta, sino que suelen trabajar mediante el sistema de cuenta corriente, en acuerdos en los que el pago por lo común se realiza luego de determinado plazo.
La preocupación oficial hizo que desde inicios de 2022 el cepo al dólar se refuerce, en particular en lo referente a las importaciones. En enero por ejemplo se conoció un nuevo régimen (SIMPES) mediante el cual la AFIP exigió que se emita una declaración jurada antes de aprobar el pago de un servicio a un proveedor de otro país. Y ahora en febrero las restricciones se refuerzan para la importación de bienes (productos terminados o insumos industriales).
Nueva exigencia
Desde el punto de vista regulatorio la nueva exigencia no se planteó mediante ninguna norma nueva, sino a través de reglamentaciones ya existentes, como la RG 3823/2015 -que instauró el sistema SIMI de autorización previa de importaciones- y la RG 4294/2018 -que aprobó el sistema CEF (de capacidad económica financiera) para gestionar riesgos a nivel impositivo-.
Si bien hasta ahora la validación del SIMI podía avanzar aún cuando el importador no hubiese requerido el certificado en el sistema CEF, desde febrero el reconocimiento de la capacidad económico financiera no se da en la totalidad de los casos. Por ello los importadores tendrán que chequear su situación en el CEF y cuando esta última no fuera suficiente para aprobar la SIMI, tendrán que solicitar que se reprocese la capacidad que informaron, que en algunos casos está desactualizada. O en su defecto deberán realizar una presentación de disconformidad, justificando las razones por las que consideran que están mal clasificados desde el punto de vista de la capacidad financiera, respaldando la misma con documentos respaldatorios.
La novedad entonces es que incluso cuando se hubiera aprobado la SIMI ahora hay casos en que AFIP pide que se acredite de dónde vienen los fondos para pagar las operaciones que el sistema ya autorizó.
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