Tanto los operadores logísticos como las navieras evitan navegar por esta vía comercial, considerada central para el comercio mundial. En esta nota te explicamos por qué.
Las rutas del Mar Rojo siguen siendo evitadas tanto por gran parte de las compañías marítimas, como por los operadores logísticos. No importa el tamaño del buque: muy pocos se atreven a surcar las aguas de esta ruta vital para el comercio internacional entre las naciones del este y el oeste del planeta. Y el motivo es claro: los ataques perpetrados contra embarcaciones por parte de militantes hutíes en Yemen, aliados con Irán.
Para evitar estas rutas las navieras elijen rodear el sur del continente africano y pasar por el Cabo de Buena Esperanza. Esta ruta alternativa, por cierto, se hace más extensa; y por lo tanto encarece el costo de los fletes.
Casos y decisiones
Buena parte de los grandes grupos navieros internacionales más importantes decidieron suspender los envíos de buques a la zona. Por ejemplo a partir del 5 de enero el grupo danés Maersk decidió que no navegará por el Mar Rojo hasta encontrar condiciones de previsibilidad. Luego el 27 de febrero señaló que la suspensión de esta ruta se extenderá hasta la segunda parte del año, y alertó sobre probables retrasos y congestiones en los envíos hacia EE.UU.
MSC ya había decidido a mediados de diciembre que no navegaría por el Canal de Suez. Y en fechas similares la taiwanesa Evergreen avisó que sus embarcaciones correspondientes a servicios regionales transitarían por aguas seguras cercanas al Mar Rojo, en tanto que las naves programadas rodearían el continente africano.
A fines de 2023 la también taiwanesa Yang Ming indicó que sus buques pasarían a través del Cabo de Buena Esperanza, y aún no cambió esta decisión. Y la surcoreana HMM también decidió que las embarcaciones de su flota que suelen transitar por el Canal de Suez pasarán por el sur de África.
También la japonesa Ocean Network Express (que en realidad tiene base en Singapur) avisó durante diciembre que sus embarcaciones irían por el Cabo de Buena Esperanza, o directamente que suspendería los viajes y se trasladaría a áreas seguras. Y lo propio hizo OOCL, que tiene base en Hong Kong: en este caso, además de ordenar el desvío del Mar Rojo, suspendió hasta nuevo aviso la recepción de carga desde y hacia Israel.
El 22 de enero Hapag-Lloyd también anunció que, hasta nuevo aviso, continuará utilizando la ruta de África. Y por su parte la francesa CMA CGM decidió suspender gran parte de sus tránsitos por la zona, aunque aún envía cargas específicas cuando obtiene escolta de la marina de su país.
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