Máxima preocupación en el sector frente a la pretensión de Federico Sturzenegger de quitar del juego a una figura central para el comercio internacional.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado retomó su embate contra los despachantes de aduana. Lo hizo al compartir un artículo del jefe de Aduana, Eduardo Mallea, en la red social X, y al señalar seguidamente en un “hilo” que el DNU 70/2023, del cual fue autor, planteó eliminar el registro de exportadores, importadores y despachantes de aduana.
Es decir que de acuerdo al DNU cualquiera que quiera operar en comercio internacional podría hacerlo, aunque los despachantes todavía tendrían que registrarse ante la Aduana.
En los hechos la eliminación del registro genera un riesgo importante: aquellos que intervengan en la operación de comercio internacional no tendrían sanción si cometieran alguna infracción.
Como es sabido el DNU también creó una nueva figura: la del "declarante", que puede hacer trámites sin ser despachante. Según se argumentó, la creación de esta nueva figura está orientada a reducir costos.
Cabe destacar que al declarante no se le exige que actúe como auxiliar de la Aduana, y tampoco se le demanda responsabilidad ante la Unidad de Información Financiera. Esto último implica que no está obligado a informar las operaciones que se enmarcan dentro de ese régimen, lo cual lleva a relajar peligrosamente los controles aduaneros que ayudan a evitar el lavado de activos y el terrorismo. Por otra parte el declarante tampoco está obligado a evidenciar conocimientos consistentes en materia de comercio exterior, ni debe rendir el correspondiente examen que habilita a ser auxiliar de Aduana, ni tiene que responder por los deberes que en cambio sí se le imponen al despachante en el código aduanero.
Controles necesarios
La idea de lograr la simplificación y la facilitación del comercio viene siendo empujada en todo el mundo. Pero en paralelo también se busca que no afecte al control aduanero. Evidentemente esto último no se está teniendo en cuenta en nuestro país: tal como expresaron las autoridades de CDA (Centro de Despachantes de Aduana), con las nuevas normativas en Argentina se comprometen seriamente aspectos como la aplicación de normativas que rigen el comercio exterior, la seguridad y la supervisión de las operaciones.
De hecho los referentes del CDA promovieron en su momento una cautelar para que se suspendan los artículos del DNU que se enfocan en los temas aduaneros. Lo hicieron por dos factores: porque puede afectar los controles necesarios y las pautas de seguridad que se requieren en toda operación de comercio internacional; y porque pone el jaque el derecho al trabajo de los despachantes, que ya de por sí vienen de años complicados para el ejercicio de su actividad.
En los hechos la sumatoria de la cautelar y el DNU dio como resultado que actualmente convivan ambas figuras: despachante y declarante. Y como los honorarios de los despachantes se liberaron, no hay pautas reguladas sobre el costo de su servicio.
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