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En busca de alguna certeza

Los operadores de comercio exterior se preparan para un verano complicado y piden que se despejen las dudas en torno a algunas variables claves.





El escenario invita a anticipar un verano caliente: a la devaluación esperada del dólar oficial, y las perspectivas de estanflación anunciadas por el propio presidente electo, se suma la persistente escasez de divisas y un endeudamiento preocupante por operaciones de importación (que solo en 2023 se aproxima peligrosamente a los U$S 20 mil millones).


Estas deudas ya habrían generado cortes de suministros y paradas de producción entre los laboratorios, autopartistas y las fábricas de productos electrónicos. Y según trascendió, la situación ya habría afectado a los empleos temporarios.


Para las compañías que operan en el mercado interno, el corto plazo luce amenazante. Los exportadores, en cambio, se esperanzan con la promesa de tener mayor control sobre sus divisas.


Dudas e interrogantes

El gran interrogante es cómo se plasmará la anunciada apertura comercial. En principio las autoridades entrantes anticiparon que desaparecerán las licencias no automáticas.

Por su parte los importadores esperan que el nuevo gobierno habilite un mayor acceso a divisas para poder cumplir con los pagos pendientes. El tema es que la deuda comercial se calcula al tipo de cambio oficial, que se descuenta que se inflará, y esto tendrá un impacto inevitable sobre los precios.


Escenario inquietante

En las góndolas de los supermercados las etiquetas ya reflejan alzas alarmantes. Pero aún así los ejecutivos de las compañías de consumo masivo dicen que todavía hay un atraso en los precios de entre 30 y 40%. Y esto sin considerar el impacto devaluatorio. Sin embargo, descartan un shock y afirman que esos atrasos se irán acomodando a lo largo del próximo año.


En cualquier caso, con el anunciado fin de los controles de precios y de los programas que financian al consumo, todo parece indicar que a los consumidores les esperan meses ásperos. Y lo propio les ocurrirá a las empresas industriales, que encontraban un paraguas y un activador de las ventas en programas como “Ahora 12”.


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