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Nueva mordaza al comercio exterior argentino

Las recientes restricciones al sector logístico, sumados a las trabas para importar, llevan al comercio internacional del país hacia una lenta agonía.



Recientemente un nutrido grupo de agentes de carga nacionales manifestaron su profunda preocupación por la situación que les toca atravesar. En una declaración conjunta expresaron que este sector clave para el comercio internacional atraviesa una crisis aguda y que, de no mediar acciones correctivas, el problema terminará por derramarse a todo el conjunto de la sociedad, generando desempleo, caída de la actividad industrial y eventual desabastecimiento.


Cabe recordar que en tiempos de pandemia el sector logístico fue considerado como “esencial” para la actividad económica del país. Sin embargo a este rubro continúan agregándosele restricciones. En su declaración los agentes de carga destacaron que a la arbitrariedad y la imprevisibilidad del sistema SIRA, que complica las operaciones de importación, se agregó recientemente otro importante escollo: la normativa que impide abonar los fletes marítimos y otros gastos de importaciones y exportaciones en suelo nacional (por la no aprobación de SIRASE). Esta imposibilidad convierte al puerto porteño en una suerte de "puerto sucio", que es como se denomina a los puertos “en los que no es posible abonar los fletes utilizando moneda local para comprar los dólares en el país y pagar esos servicios a las empresas navieras internacionales”.


A partir de esta nueva restricción, las compañías marítimas ya cobran los fletes en origen. Esto agrega nuevos costos y aleja aún más al país de los mercados internacionales.


Falsa percepción


En la Argentina las importaciones tienen mala prensa. Se tiene la falsa percepción de que cada compra al exterior perjudica a la industria nacional. Y esto es, como decíamos, falso, ya según datos de la CIRA (la cámara que reúne a los importadores) el 80% de las compras al exterior tienen que ver con bienes de capital e insumos que se necesitan para producir en el país. Es decir que los principales clientes de los importadores son los propios fabricantes nacionales.


Además de generar diferentes inconvenientes para los operadores e importadores, esta perspectiva termina por amenazar a los propios fabricantes argentinos que buscan agregar valor en suelo nacional para vender luego sus productos al exterior.


Al complicarse la actividad de los fabricantes, la consecuencia lógica será la suba del desempleo. Además, como indicaron los agentes de carga, el propio sector logístico es un importante generador de trabajo, y la delicada situación que atraviesa también terminará impactando en el nivel de empleo.


Crisis autoinfligida


Los agentes de carga expresaron que la actual crisis es evitable, ya que es autoinfligida por medidas restrictivas “que carecen de visión estratégica”.


Pero también enfatizaron que en los hechos la situación está dañando las estructuras de compañías que resultan claves para la cadena de abastecimiento y por lo tanto para el crecimiento de la economía argentina.


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