Durante la semana pasada se autorizaron solo el 15% de los giros al exterior para pagar importaciones. El recambio en el ministerio de Economía sumó aún más dilaciones a las demoras que ya se venían experimentando para aprobar los pagos a proveedores externos.
Esta situación de demoras dio lugar a una suerte de default comercial que naturalmente le pone presión alcista al dólar.
En la semana anterior a la renuncia de Guzmán los bancos apenas cursaron un 10% a 15% del total habitual de órdenes de compra de divisas. Esta situación ofrece una muestra cabal del impacto del nuevo cepo a las compras en el exterior decidido para evitar que se drenen las reservas del BCRA. Los empresarios están preocupados por las dificultades que tiene para pagar deudas comerciales con clientes de otros países con anterioridad al 27 de junio, a lo que se suma lo que necesitan pactar de ahora en más.
Por otra parte aún no se sabe si Banco Central aceptará las SIMI previas al lunes 27 como para que las empresas puedan remitir las divisas a sus proveedores externos.
Incertidumbre y parálisis
Esta situación de incertidumbre explica en parte las compras de divisas que hizo el BCRA en las jornadas previas a la renuncia de Guzmán, ya que los bancos no sabían cómo operar y esperaban definiciones del Central. Recuérdese que durante esos días el cepo sobre la divisa estadounidense sumado a acuerdos para que el campo liquide exportaciones hicieron factible que el BCRA engrosara sus reservas en U$S 1000 millones.
Actualmente se abre otra etapa signada también por la incertidumbre con respecto a los precios, lo que hace que muchas empresas frenen las ventas –e incluso dejen de tomar pedidos- a la espera de que la situación se aclare. En algunos casos, para no tener que frenar las ventas, las compañías se cubrieron tomando un valor de dólar $ 180 en el marco de negociaciones entre las partes en las cuales, en caso de obtener un tipo de cambio superior, realizarán notas de crédito.
Incluso se conocieron casos de licencias de importaciones que ya habían recibido el visto bueno bajo la regulación anterior, pero que a la hora de girar las divisas fueron rechazadas por los bancos comerciales por no cumplir con la nueva normativa.